Identidad y convivencia
El pueblo Wiwa constituye una de las cuatro etnias originarias de la Sierra Nevada de Santa Marta, asentado sobre un territorio ancestral con costumbres propias, donde se estructura la lógica de interrelación, tanto espiritual como material entre los diferentes seres. El territorio ancestral nos fue dejado para que mediante el ejercicio de una vida fundamentada en la espiritualidad colectiva, demos cumplimiento a la Ley de Origen. Este hace referencia al espacio concebido sagradamente como Madre Tierra, por cuanto allí yacen todos los elementos o componentes concedidos de parte de los padres espirituales, para posibilitar la existencia de la vida y de todos los seres. El territorio, más que un espacio físico, es la sumatoria o confluencia de todas las cosas expresadas y esenciadas, tanto en su estado material, como espiritual, conformándose así, un solo mundo de convivencia recíproca, simultánea, integral, colectiva y complementaria; es donde se recrea la cultura, la integridad de nuestras relaciones sociales, culturales y espirituales que constituyen el fundamento de nuestra permanencia como etnias. Para nosotros el territorio es un ser viviente y hace referencia al espacio espiritual y físico, donde se recrea la cultura, el conocimiento, la integridad de relaciones sociales, culturales y espirituales que constituyen el fundamento de la permanencia como pueblo, de aquí depende la vida, la cultura y toda clase de conocimientos.
El pueblo Wiwa pertenece el complejo lingüístico macro-Chibcha, con los demás pueblos antes mencionados y con los que comparte características sociales y culturales muy similares. La estructura social de los Wiwa se fundamenta en linajes que sancionan los criterios de parentesco, matrimonio y distribución territorial.