Ser autoridad pública ancestral es tener la responsabilidad de cuidar las conexiones que relacionan el territorio, el origen en She y nuestras comunidades. Ejercerla implica “conocer todos los cerros, saber sus nombres, historias y funcionamientos, por ejemplo, de los cerros: leerlos desde la playa hasta el páramo y leer los lugares sagrados de cada cerro desde su pie hasta la cima del cerro por la izquierda y por la derecha, con todo si significado e importancia y todo en orden como fue hecho desde el principio y dejados como normas por la madre”. Y en consecuencia ejercer la autoridad implicar asumir “la responsabilidad de cuidar los cerros, porque sabe que hacer y qué no hacer en cada sitio sagrado de cada cerro, donde es permitido construir casa y donde no, y así esto en toda su jurisdicción territorial”.
Ser autoridad es ser dueño, cuidador o responsable de todo, por eso se aprende las normatividades, las leyes, la historia y función de cada elemento de la naturaleza”.
Las autoridades tienen el deber de acompañar a los Mama en asegurar el cumplimiento de las prácticas de la ley de origen a nivel de su jurisdicción en el territorio de las comunidades.
La autoridad tradicional tiene la misión de cuidar el territorio, los espacios sagrados, las comunidades y la naturaleza. Ser autoridad “Es ser jefe del agua, de los árboles, de los cerros, mantener en perfecto equilibrio el cumplimiento del orden y normas de la naturaleza, lo que implica aprenderlas, conocer de la naturaleza sus particularidades, clasificaciones, estado, valor, orden, funcionamiento y manejo de cada elemento a través de los procedimientos propios. Cuando se asuma todo esto es cuando se puede posesionar como autoridad”.
Nosotros como pueblos y como persona formamos parte del territorio, la autoridad tradicionalmente No debe castigar, sino q orientar y sanear. La autoridad “debe estar disponible para escuchar a todos y darles orientación, ser una luz que alumbra a todos en el cumplimiento de los deberes de ser (indígena). Si no saber dar consejo y guiar, pues no tiene la capacidad de ser una autoridad, porque no se trata de solo regañar, acusar y dar órdenes, sino darles a las personas el conocimiento para que puedan encaminarse y salir adelante en su vida cotidiana”. Así es con todos los principios del territorio. Por ejemplo, al nivel del agua la autoridad “debe mantener el orden el agua, saber el nombre de los ríos, pozos y cascadas de agua junto con sus normas: hay lugares donde no se debe mantenerse con llanto, tristeza, ira, con acciones, pensamientos y sentimientos negativos porque esto es atentar contra la Madre agua, estas acciones producen problemas que se acumulan y provocan deslizamientos del rio, muerte de peces y otros seres de agua, secamiento de las aguas, y todo tipo de afectaciones”.
Para lograr la garantía de mantener la integridad de los principios de origen, la autoridad pública ancestral debe ejercerse de manera autónoma, basada únicamente en el cumplimiento de los principios del orden territorial y ley de origen. Solamente aquellos que han hecho el proceso de formación de Mama y de autoridades tradicionales (jùgukwi o sakuku) saben interpretar y aplicar la ley de origen. En la medida que el ejercicio de la autoridad queda sujeto a otros ordenes u otros principios ajenos a los aquí descritos, como de origen y cuidar el territorio y nuestras propias vidas. Al incumplir este objetivo de nuestro gobierno propio, no manejamos el territorio de manera adecuada y consecuente la tierra comienza a sufrir, sube el calor, se seca y se erosiva la tierra, se empiezan a desequilibrar el orden de flora y fauna, el mar sube y entran las enfermedades.